PREPARATORIA
DE VARONES
El 21 de mayo de 1862 el gobernador Domingo Faustino Sarmiento, fundó
con el título de Colegio Preparatorio,
una casa de estudios de introducción a la enseñanza universitaria. Esto era, un
bachillerato o establecimiento secundario.
El decreto incluyó en sus plan de estudio diversas asignaturas propias
de la enseñanza media: latín, francés, inglés, dibujo, mineralogía, química, bellas artes y economía política. La
conducción se confió a un director, un secretario y varios profesores en
dependencia inmediata de la Comisión Promotora de la Enseñanza Pública y el
patronato de honor, fue conferido al gobernador.
Por otro decreto del 7 de junio de 1862 se nombró director a Don Pedro Álvarez, conocido
educacionista chileno, de La Serena, que trabajaba en San Juan desde 1852, en
una escuela particular. Se designó como secretario a Don Pedro Calderón. El director dictaba Historia y Geografía; gramática
y francés el secretario y Rodolfo Stolmge
dibujo natural y matemática.
Abrió sus puertas en junio, se instaló en la manzana de La Merced
(entre las actuales calles Santa Fe, Rioja, Mitre y Tucumán). En el acto inaugural
pronunciaron discursos: el gobernador Sarmiento, el director y el ingeniero
mineralogista Francisco Ignacio Rickard. El gobernador destacó la orientación
científica del establecimiento y el propósito de preparar a los jóvenes
bachilleres en su ingreso a los estudios universitarios. Quería egresados
teóricos prácticos, en distintas disciplinas, pero especialmente en minería.
Sarmiento no consiguió su afiliación a la Universidad de Buenos Aires,
que opuso reparos: contra la idoneidad de los profesores, falta de concurso en
el acceso a las cátedras, la falta de uniformidad en los programas de estudio y
la inexistencia de una ley que reglase la relación. Por lo que, la dependencia
del Colegio Preparatorio a la Universidad de Bs As., quedó reducida a comunicar
los métodos usados, materias de enseñanza, duración de los cursos, disciplina,
etc,. Fue sólo nominal
COLEGIO
NACIONAL DE SAN JUAN
La provincia realizaba un gran esfuerzo para hacer funcionar el Colegio
Preparatorio: poniendo el edificio, los muebles, los profesores y dado los menguados recursos provinciales
resultaba gravosos continuar con su mantenimiento. Desde la época de Sarmiento
se trabajaba para la nacionalización del colegio. Por un decreto del 9 de
diciembre de 1864, suscripto por el Presidente Mitre, refrendado por el
Ministro Costa, se creaba el Colegio
Nacional de San Juan con una
cátedra anexa de Mineralogía
que sería la célula de la Escuela de Minas
Como ya funcionaba la Preparatoria de Varones se acordó la
transferencia del colegio a la nación, decisión convalidaba con la provincia. Ésta
se acordó el 23 de diciembre de 1864, confiada las negociaciones al diputado
nacional por San Juan, Santiago Cortínez. Por un decreto provincial del 4 de de
enero de 1865 se aprobaron las bases contractuales para la nacionalización del
colegio.
Con una gran fiesta popular, EL Colegio Nacional de San Juan comenzó
sus cursos el 15 de marzo de 1865. Al acto inaugural del Colegio Nacional
asistieron el ministro de instrucción pública de la nación, doctor Eduardo
Costa, los diputados nacionales, Santiago Cortínez y Régulo Martínez, el jefe
de policía, numerosos jueces y funcionarios. Los discursos de apertura
estuvieron a cargo del diputado Cortínez y el director Pedro Álvarez.
Según cuentan los historiadores,
el Colegio Nacional funcionó en el mismo edificio que la Preparatoria de
Varones, la entrada principal la constituía un gran portón de roble con clavos
de bronce que daban a la calle Mitre. A la Calle Tucumán daba el refectorio y
algunas celdas, tenía un patio cuadrado sombreado por palmeras y naranjos. A la
escuela se la conocía como la del chileno Álvarez que fue su director hasta
1882, año que se jubiló.
El plantel de alumnos de ese primer año de funcionamiento del Colegio
Nacional se integró con cuarenta y seis jóvenes. Cinco de ellos fueron
gobernadores de San Juan (Anacleto Gil, Carlos Doncel, David Chávez, Enrique
Godoy y Ángel de Rojas) uno fue ministro de la nación (de Guerra del Presidente
Quintana, el gral. Enrique Godoy) y otro candidato a la presidencia (Ángel de
Rojas)
LA
ESCUELA DE MINAS
La Escuela de Minas, madre de la Facultad de Ingeniería, nació para responder
a la necesidad concreta del gobernador Sarmiento que en su proyecto de gobierno
quería el desarrollo minero para sacar a la provincia de la pobreza económica.
Sin embrago ese proyecto necesitaba gente idónea y el mismo gobernador
argumentaba,” no hay un ingeniero que
levante un plano, ni un químico que revelara la composición de los metales
sanjuaninos”. Por ello cuando prepara
el plan de estudios del Colegio Preparatorio
consigna dos cátedras
fundamentales, mineralogía y química
para preparar a jóvenes capacitados para trabajar en la minería.
En 1864 cuando el presidente Bartolomé Mitre nacionaliza la
Preparatoria de Varones establece una clase
especial de Mineralogía en el plan de estudios del Colegio Nacional de San
Juan.
Sarmiento Presidente ratificó la creación de la cátedra especial de
minería anexa al Colegio Nacional. El director Pedro Álvarez comunicó que se
podían continuar con las carreras de Ingeniero Geógrafo e Ingeniero en Minas e
insinuó el nombre del Ing. Emilio Godoy para desempeñarla. El presidente
Sarmiento asignó mil pesos para la construcción de un museo y un laboratorio
metalúrgico.
El curso de minería duraba dos años: 1º Mineralogía y ensayos 2º
Metalurgia y Mensura de minas. Esta cátedra de Minas fue el núcleo inicial de
la escuela de Minas.
El segundo ciclo duraba cuatro años y era condición haber rendido todas
las materias del curso preparatorio en algún colegio nacional.
Emilio Godoy fue designado Director del Departamento Minería, pero
Pedro Álvarez tenía la administración económica de la institución. En 1873 se
separó el Departamento de Minería del Colegio Nacional, con la dirección única
de Emilio Godoy.
En 1871 se crearon dos dDepartamentos de Minería, uno en Catamarca y
otro en San Juan, el material didáctico era escaso, si bien química, física y
mineralogía se podían realizar en los mismos colegio, topografía y mensura de
minas requerían excursiones costosas y se necesitaba especialmente, un gran
laboratorio metalúrgico para asegurar la eficacia de la enseñanza y ofrecer a
la industria los beneficios previstos.
La escuela de Catamarca no pudo subsistir. En 1876 el poder ejecutivo
nacional envió un proyecto al congreso para suprimir la escuela de Catamarca,
refundirla con la de San Juan y ampliar los estudios necesarios para la
profesión de ingeniero civil. El proyecto originó un acalorado debate, la
cuestión de cerrar las dos escuelas en atención al estado del tesoro.
El doctor Eduardo Wilde apoyó la continuidad de la Escuela de Minas de
San Juan, sostuvo que cada una de estas casas de estudio había costado algún
dinero, “dejemos una subsistir que
algunos frutos iba a dar al país”[1]
En el senado los debates fueron más acalorados y se propuso que la
escuela de Minas se trasladara a Córdoba, por funcionar allí una facultad de
ciencias exactas y la ubicación central de esa provincia. Se alzó la voz de
Sarmiento quien defendió estudiar en el ambiente minero por excelencia. Luego
del debate consiguió la creación de una
Escuela mixta de de ingenieros civiles y
de minas, llevada a llenar un vacío existente en el país, porque no había
otra institución educativa similar.
El plan de estudios consignados en la ley promulgada el 20 de septiembre
de 1976 consta de un ciclo preparatorio de dos años, y otro de
estudios superiores con tres cursos comunes, tanto para minas como civil y
luego los estudios se bifurcaban con materias de cada especialidad.
La Escuela Nacional de
Ingenieros de San Juan empezó en 1877, fusionada las
clases de primer y segundo año (preparatorias) y la de primer año profesional
(común a civil y minas) y la de primer año especial para civil.
En primer año profesional se inscribieron tres alumnos y aprobaron los
exámenes dos. Ese primer año concurrieron 28 alumnos índice de la importancia
que adquiría la escuela. Luego la escuela decayó y el congreso de la Nación
dictó una ley creando doce becas para alumnos de todo el país. El director fue
Emilio Godoy y luego fue reemplazado por Estanislao Tello. Quien para imponer
disciplina eliminó el internado.
Para 1880 la casa contaba con una colección casi completa de instrumentos topográficos y geodésicos. En
cambio el laboratorio de física y química estaba más desprovisto de materiales,
porque cuando se separó del colegio Nacional se repartieron el material
didáctico. Pero la escuela estaba constantemente amenazada en su cierre por los
pocos alumnos y no era apoyada en el medio local. Ese año tuvo 15 alumnos que
rindieron examen.
En 1883 el presidente Julio Roca reglamenta el ingreso a la Escuela de
Ingenieros, exigiendo a quienes quisieran seguir los cursos profesionales
exámenes previos y los aprobados podían inscribirse en el 2 preparatorio y los
desaprobados en el primero, quedando habilitados los dos cursos para otorgar
becas.
[1] PEÑALOZA, Carmen de Varesse, ARIAS, Héctor, Historia de San Juan.
Mendoza, Spadoni, 1966 pág. 379
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